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El cinc de copes.-

Es la expresión chungaleta que usamos en el argot licorero para designar a quienes se pasa en las pruebas gustativas de los destilados.
Evidentemente, los destiladores de licores, los probamos durante el proceso de la destilación para comprobar las características de los elaborados en curso. Hemos de tener en cuenta que la destilación es una etapa u operación básica de separación y exige conocer cuales son los componentes que precisamos aprovechar y también los indeseables que queremos eliminar porque en la naturaleza las cosas puras no existen y hay que saber separarlas en el momento correcto de la destilación que siempre depende de la buena pericia del destilador.
Aunque la destilación se controla con el calor del hogar de la caldera del alambique, el destilador está pendiente continuamente también del destilado, de su caudal y de sus cualidades y cuando quieres ser el mejor en tu oficio, te autoexiges el control continuo del destilador, haciendo uso de tus cualidades gustativas y olfativas y aprovechándote de varias copas para comparar, por ello, no es de extrañar encontrarte con el Maestro destilador ante la presencia de varias copas del destilado o incluso tomando otra adicional de muestra para añadirla al grupo anterior mientras está comprobando hasta cinco copas diferentes de lo mismo como si pretendiese aprovecharse con malévolas intenciones.

La prueba catalítica.-

¡Es tan bueno!, que es irresistible.
Hoy estoy comprobando las características de un lote de fabricación de licor Carajillo SEGARRA y aunque cuando elaboro los licores por destilación con el alambique, no tengo por costumbre el probarlos, cuando estoy en el laboratorio de la destilería, las cosas cambian porque para realizar el análisis, debo separar los componentes del licor, ya que cada uno de ellos, se valora de forma independiente o aislado del resto.
En el proceso de la separación, utilizo la técnica de la destilación, igual como cuando elaboro los licores SEGARRA en fábrica pero, con un matraz pequeño en lugar de una caldera grande y todo el instrumental acorde con el propósito perseguido, de forma que acostumbrado a trabajar en la destilería, parece de juguete
En la práctica analítica, hay unos determinados momentos que permiten la relajación porque no exigen la atención exclusiva de los instantes críticos y aprovecho para tomar una copita y degustar los licores, salvo cuando analizo la crema de ron, la crema de café y el licor carajillo, porque con estos exquisitos licores, en lugar de saborear una copita, con el sobrante del análisis vuelvo a llenarla y me tomo dos.

La prueba catalitica.-

¡Es tan bueno!, que es irresistible.
Hoy estoy comprobando las características de un lote de fabricación de licor Carajillo SEGARRA y aunque cuando elaboro los licores por destilación con el alambique, no tengo por costumbre el probarlos, cuando estoy en el laboratorio de la destilería, las cosas cambian porque para realizar el análisis, debo separar los componentes del licor, ya que cada uno de ellos, se valora de forma independiente o aislado del resto.
En el proceso de la separación, utilizo la técnica de la destilación, igual como cuando elaboro los licores SEGARRA en fábrica pero, con un matraz pequeño en lugar de una caldera grande y todo el instrumental acorde con el propósito perseguido, de forma que acostumbrado a trabajar en la destilería, parece de juguete
En la práctica analítica, hay unos determinados momentos que permiten la relajación porque no exigen la atención exclusiva de los instantes críticos y aprovecho para tomar una copita y degustar los licores, salvo cuando analizo la crema de ron, la crema de café y el licor carajillo, porque con estos exquisitos licores, en lugar de saborear una copita, con el sobrante del análisis vuelvo a llenarla y me tomo dos.