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Del programa padre al programa hijo.-

Estos días está toda la sociedad alborotada y no he llegado a comprender si es por la paralización del sector servicios a causa el incremento en el precio del carburante o por la declaración de beneficios que en esta época del año nos viene como si de los exámenes de fin de curso se tratase. Ayer se acercó un personaje a visitarme y no teniendo bien claro sus intenciones, estuvimos dialogando sobre temas varios, dando una pasada por la declaración de los impuestos directos. El hombre en cuestión, parece ser que usa el programa PADRE para confeccionar su declaración del IRPF y como no se entera nada de nada de su contenido, el resultado final es el que ingresa en la Arcas del Tesoro Público y a callar, quiero decir, a pagar.
Después de más de cien años presentando declaraciones y liquidaciones fiscales, es inevitable el aprender algo y si a esta experiencia generacional le añado la personal de los últimos veinticinco años, el lector podrá entender que si cada año se cambian las instrucciones reglamentarias o las ordenanzas reguladoras, al final se concluye que no he aprendido nada.
El primer correo de hoy está en esta línea y al parecer, también hay otras personas que se han molestado en comprobar que los impuestos directos han subido y mucho, los borradores que nos envían desde las Delegaciones de la AEAT tienen algunos errores, lo que acredita que los señores Funcionarios no son dioses sino personas como los Contribuyentes y por lo que me han comentado, los señores Gestores encargados de ayudar a confeccionar las declaraciones, deben realizar un curso de una semana para aprender a hacer bien las liquidaciones.
Sin instrucción previa, ni asesoramiento fiscal, acabo de terminar mi declaración del IRPF y si algo tengo claro es que soy de este planeta, porque con la criptonita, me hago un bocadillo y con el betanio, un sombrero, pero como no soy padre, para mis declaraciones liquidaciones me ayudo del programa HIJO y aunque cada año se cambien determinados aspectos de las declaraciones, siempre tengo claro que Hacienda Impone Justas Obligaciones.
http://www.juliansegarra.com/

El diferente código generacional.-

Estos días en la destilería de Chert estamos filtrando licor de naranja separando la pulpa del zumo, del licor y como la filtración es muy lenta, hay tiempo para todo. Ayer tarde se acercaron a la casa donde vivo unos chavales del pueblo preguntando por mí y como estoy haciendo codos leyendo la información necesaria para la correcta cumplimentación de la declaración de I.R.P.F., les atendió mi padre diciéndoles que yo estaba estudiándome la lección.Hablando con él, le preguntaron sobre el wi-fi y les explicó que no lo fabricamos, en esta destilería nosotros elaboramos anís, ron, ginebra, licor de naranja, de carajillo, de menta, de café, absenta, brandy, en fin, todo el repertorio pero no el whisky.
Como los niños preguntaban por una cosa y mi padre les hablaba de otra sin enterarse de la movida, le volvieron a inquirir por el wi-fi y él les explicó que no les podía invitar a una copita de whisky y no era porque no tuviese, sino porque aún no ha tomado la comunión, por eso, en lugar de whisky, les puede regalar unos caramelos de la bolsa que tiene al efecto para obsequiar a los visitantes distinguidos como ellos.
Viendo que el abuelo Julián estaba fuera de juego, le explicaron lo del wi-fi y entonces comprendió el hombre que hablaban lenguajes diferentes. ¡Ah!, el wi-fi, exclamó, me pensaba que preguntabais por el whisky, eso del wi-fi no es cosa mía, lo lleva mi hijo pero podéis sentaros en el banco del paseo y comprobar si tenéis cobertura, si os falla, lo decís y os daré un cuadrito de chocolate a cada uno.