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El precio del brandy segarra.-

Cada cual tiene su criterio de lo que debería ser la red de Internet en la que cabemos todos con nuestras diferentes opiniones y aportando nuestras propias sugerencias. Conocí el sistema desde su nacimiento en España por invitación personal de mi amigo D. José Luis Sabater Cabedo y sabiendo del ordenamiento legal, entendí que podía aportar a la principiante red, información didáctica para todas las personas en general y no solo la grandeza del interés comercial del negocio.
Desde hace algún tiempo vengo observando como muchas personas desean satisfacer su interés o morbo en saber el precio del Brandy del Maestrazgo y como no se atreven a preguntar, acuden a la red para consultar tras la mata, encontrándose ante la incongruencia de no ser posible conocerlo por ninguna parte. Para el avispado Internauta, es incomprensible como un negocio que se sepa lleva seis generaciones de forma continuada, el actual titular no publicite el valor del importe de sus elaborados.
Como quiera que usted ha llegado hasta aquí buscando el precio del coñac segarra, se le voy a explicar personalmente bajo el apercibimiento de que no lo diga a nadie por ser un secreto.
Julián Segarra Esbrí en una finca agrícola familiar no planta coles, por ello no tiene un huerto, tampoco planta flores, por ello no tiene un jardín, cuando terminó el Servicio Militar se incorporó a las tareas familiares plantando cepas, por ello tiene viñedos. Con la llegada de la primavera procede al podado de los sarmientos, recogida de los mismos, labrado y cabado de las cepas para continuar con arados y cuidados hasta el tiempo de la recolección de la uva por su maduración. Tras su vendimia, la transporta a su propia bodega donde la uva es prensada y separa el hollejo que tira a la basura, del mosto que lo guarda en los barriles de fermentación. Como para la luna vieja de Navidad tiene faena de reparto de licores a los Clientes que le favorecen con la compra y la luna vieja de enero le pilla con las declaraciones liquidaciones fiscales, resúmenes anuales y trienales, recapitulativas y toda la gestión administrativa, aprovecha la luna vieja de febrero para la decantación y el trasiego, separando las heces de fermentación, del vino que, lo guarda en los barriles de su bodega. Por otro lado, también se pasea por los montes de la geografía cercana a su lugar de residencia y tomar el Sol para recoger plantas, semillas, bayas, etc. para su posterior destilación, aprovechando el alcohol como disolvente de su principios activos y conservante de sus propiedades, guardando el resultado en depósitos y barriles. Cuando lo precisa, lava botellas y las coloca en su máquina embotelladora que se las llena, tapa y etiqueta de forma automática para su posterior comercialización. En el caso del Brandy del Maestrazgo que me ocupa en este artículo, lo envejece en barriles de roble previo a su envasado. Dentro del barril, el brandy o el licor en general, realizar un intercambio de materia y energía molécula a molécula arañando sabor, aroma y color del barril y cediendo humedad a las duelas para mantenerlas hinchadas a cambio de unas mermas conocidas como de envejecimiento o crianza, que serán responsables también de precio en el acabado final dado que cuando el barril merma un litro de brandy de un euro, todo el conjunto incrementa su valor en un euro, cuando el brandy del barril vale 10 euros, aumenta el valor del contenido en 10 euros, pero cuando el litro de merma es de brandy de 100 euros, no se aumenta al resto del contenido del barril en un euro, ni en diez euros, sino en 100 euros.

Para saber el precio del coñac segarra o del brandy segarra o del Brandy del Maestrazgo, solo tiene usted que abrir una hoja de cálculo en su computador personal o tomar un papel y lápiz y valorar lo qué cobraría usted a Julián Segarra si fuese a ayudarle a podar la viña, recoger los sarmientos, labrarla, cabarla, cuidarla, vendimiar, en relación a una actividad agrícola, prensar, decantar, trasegar, guardar y envejecer o criar el vino en relación a una actividad empresarial, recoger por los montes en los días propicios de maduración de las plantas, semillas, bayas o frutos, en una actividad folclórica al aire libre, destilar, envejecer en barriles de roble, trasvasar, lavar, filtrar, embotellar, adecentar, comercializar, en una activada económica empresarial y finalmente, gestionar toda la documentación administrativa. El resultado que obtenga es «el precio del coñac segarra».
Es evidente que va a tener que repetir sus cálculos porque se ha equivocado. Julián Segarra Esbrí vende el coñac segarra más barato que el precio por usted obtenido. ¿Será porque tiene una experiencia generacional de 170 años que usted no ha tenido en cuenta durante su valoración?, ¿o tal vez se le ha olvidado valorar el impuesto del alcohol?, porque lo que está claro es, que si vende al mismo precio que compra, usted no paga IVA.

xertoli, el fracaso de una idea.-

Cuando pronunciamos la palabra chertolí, todos sabemos que es nuestro gentilicio, nos dice que nosotros somos los hijos de Chert, los de la ciudad amurallada de la cima, haciendo clara alusión a la Mola Murà, aunque para muchos, pueda parecer un nombre de terminación despectiva.
Con la venida de la democracia todos tenían derecho a imponer su criterio y especialmente nos inundó un sentimiento generalizado de cambiar los nombres a los pueblos. La voluntad comercial el pueblo de Chert, puso en marcha la imaginación y las mentes pensantes del momento, decidieron que podían envasar el aceite con el nombre de xertoli diseñando una muy bonita y acertada etiqueta.
Desgraciadamente, después de la inversión realizada y la planta envasadora operativa, el aceite no cumplía las reglamentaciones específicas y debió desguazarse la infraestructura. Corrían los primeros años de la década de los 80 y el Servicio de Extensión Agraria se afanaba en venir al pueblo de Chert para dar consejos ocurrentes a los labradores, siendo fundamental en aquellos años, el arrancar todos los olivos viejos y replantar de nuevos como los naranjos, ante la extrañeza y negativa de los propios recolectores de olivas que no aceptaron semejantes sabias ideas.
Ahora, que ya han pasado treinta años, hasta el podar está regulado. Ya puede imaginarse el lector donde está el interés por la conservación del olivar y la razón de su abandono, si antes de iniciar la cansada faena hay que pedir permiso para cualquier actuación agrícola y esperar licencia de respuesta, ¡che!, desertores del arado firmantes de paperets, ir a marear la perdiz a otra parte y comer petróleo.