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Alineación Venus, Tierra y Júpiter.-

   Ayer tarde salí a terrado por necesidad. El frío del helado invierno es suficientemente importante como para sentirse hasta en los huesos y no desear salir de casa a tomar el fresco, máxime a esta hora del atardecer en la que la oscuridad de la noche avanza sin remisión y el mercurio del termómetro desciende por debajo de los 0º C. Por encima del tejado del edificio de las escuelas del pueblo, desde hace unos días estoy observando dos astros brillantes que destacan en el firmamento a una distancia aparente de una pulgada a brazo extendido y reconocidos sin necesidad del telescopio. Durante todo el verano el planeta Júpiter nos ha gratificado la visión con su presencia y con la ayuda del telescopio, hemos podido contemplar sus satélites más grandes avanzando desde el este al oeste por la bóveda celeste del sur y en está época del año, va descendiendo hacia el horizonte, pero de repente, por debajo vemos la aparición de otro planeta mucho más brillante, el más brillante del cielo chertolí después del Sol y La Luna, se trata de Venus que, siguiendo su órbita, parece que va al encuentro de Júpiter.

   Es evidente que si Júpiter sigue una trayectoria externa a la de La Tierra y el planeta Venus, por describirla interna, nunca van a encontrarse, desde nuestra terrícola posición, parece como si quisieran alinearse o incluso golpearse y en unos días, veremos qué proximidad aparente alcanzan.

   Este fenómeno astronómico, ocurre regularmente todos los años y en ocasiones, la proximidad visual aparente es como la mostrada desde la Unidad de Observación Astronómica del Maestrazgo en Chert.

Venus escondido detrás de La Luna.

Los tres arcangeles.-

Se supone que en el Cielo hay muchos arcángeles, (el prefijo arc, significa «superior») pero solo tres son los reconocidos por la Iglesia de las religiones cristiana, judía e islámica y hoy, en su recuerdo, celebramos el santo onomástico de las personas amigas con este nombre.
Es evidente que ahora en el Cielo estarán de celebración festiva por todo lo alto, muchísimo más que en un día normal y si las tradiciones de viva voz corresponden con las explicaciones que nos dieron cuando éramos pequeños, estarán todos comiendo coquitas con miel, pero ¿con qué acompañarán esta celebración?. La respuesta es de lo más sencilla y lógica, ya que para aprovechar el fuego del Infierno, habrán instalado un alambique con su caldera destiladora y los demonios deben trabajar en continuo noche y día sin parar, por lo que el único mercado razonable capaz de absorber tanta producción licorera, tiene que ser el Cielo.
Me imagino a mis abuelos, bisabuelos y etc., tirando troncos de olivera directamente al fuego de la caldera del Infierno para mantener activo el infernal aparato destilador con el fin de elaborar los exquisitos licores con los que sus distinguidos Clientes, San Miguel, San Gabriel y San Rafael, agasajen y cumplimenten a sus muy apreciadas amistades celestiales que se acerquen a felicitarles.